viernes, 4 de octubre de 2013

Objetos que me gustan

Ahora ya empieza el curso en serio. Es el momento de empezar a trabajar, y a colgar algunos objetos, lámparas, libros y cosas de lo más variopinto que he encontrado y comprado o he vendido o regalado. Estoy deseando compartirlas porque me encantan, y las miro y remiro, al natural y en fotos. No  me canso.



Nuestro antiguo dormitorio es ahora una habitación para la lectura, el relax y el juego.
Con un sofá de IKEA, que nos dio una amiga, una vista antigua de la Plaza de España de Roma, un interior gótico renacentista y cinco puertas parisinas, ambienté este rincón que invita al sosiego.
Una mano de Fátima protege el entorno y, junto con la lámpara de techo Tiffanys de motivos arabescos, queda completa la intención de aire morisco que quise dar siempre a alguna de mis estancias. El punto verde es la dama de noche, que aporta oxígeno a la habitación y algo de exotismo a aquella esquina.
La luz natural pasa a través de un pequeño teatro de marionetas de madera alemán que compramos a nuestra hija por su segundo cumpleaños , y  se refleja, de alguna manera, en la vitrina de enfrente , que contiene mi colección de cervezas de todo el mundo.
Para dar más calidez y un punto final confortable, pusimos una alfombra de bambú , siempre fresca, que completa, también, de manera perfecta, la habitación. La lámpara da la luz  necesaria para sentarse a leer un buen libro y pasar una tarde de sábado.


En la entrada tengo una de las partes con más historia de la casa. Os cuento que la consola que cuadra todo el conjunto, perteneció a la mismísima Emperatriz Eugenia de Montijo. Sí,  muy mundana, pero se supo rodear de las cosas más bellas. Estaba en su palacio madrileño, en el castizo barrio de Carabanchel, donde se encontraba también el de Vista Alegre. Se llamaba Quinta de la Miranda.
Por una de esas pequeñas cosas que hacen la vida más interesante, como el placer de tomar una cerveza en la esquina de un pub irlandés, tengo la suerte de poder disfrutar de este mueble de herencia, que fue propiedad de los padres de una gran amiga, y, finalmente, pasó a mis manos a través de la venta de algunos muebles antiguos.
Acompañando el mueble, de altura y empaque real, he intentado introducir el efecto de anchura, en un pasillo nada palaciego, añadiendo unos libros de viejo que tenía en casa: "La pequeña crónica de Ana Magdalena Bach", Cuento de Navidad, un antiguo catálogo de El Prado, un Molière, algún facsimil y otros libros de tapa rústica. 
Por último, coloqué unas imágenes en la pared que dieran dignidad merecida a dicho mueble. Por un lado , la reproducción de una lámina de la Iglesia de San Pablo , en Roma, en ruinas tras su incendio en 1823, un grabado con aguada de la segunda mitad del siglo XVII, que me regaló Juan en mi cumpleaños, de genial procedencia, por cierto, y un maravilloso grabado de un dibujo de David Roberts, de unos Reyes con mucho aire decimonónico.
La parte de arriba de la consola, de mármol blanco, da la claridad suficiente a ese rincón, algo oscuro, y al estilo inglés de la consola, el mismo que el resto del mobiliario de la casa.


Un último lugar, "que tiene algo, tiene don", y paso a contaros otros dos que no son de esta casa.  Una parte del salón. El adorado estilo inglés, es roto por las butacas color beige de IKEA, que, a su vez, contrastan con la oscuridad característica de este estilo. Comparten espacio con un baúl de mimbre blanco para los juguetes de la niña (siempre clásico y que aporta orden-muy importante para esta cabeza que escribe), una mesa de líneas sinuosas con dos bandejas extraíbles, regalo de boda de unos íntimos y genial invento para cualquier momento íntimo con amigos y compartir una buena cerveza, un buen vino  y un buen queso. El vajillero, gemelo de la entrada, mueble antiguo de la abuela Carmen al que quitamos los soportes para rebajar la altura y servir a la tele y de espacio para plantas (siempre acompañan y dan vida a cualquier parte), enfrenta a una pequeña alfombra (que en verano sustituyo por una estera  de bambú- ¿ no ponían en los palacios antiguamente y quitaban los tapices y alfombras llegado el buen tiempo? ¿No había unos días en los Palacios de Justicia  de estera y desestera durante los que no se celebraban vistas para hacer esos cambios?. Hay que mantener las buenas costumbres). Una lámpara allí y otra allá, aportan luz de manera equilibrada y dan al espacio una sensación de recogimiento y sitio acogedor, que, llegado el otoño, es lo que pide el cuerpo. La librería en caoba remata la estacia bajo la ventana con vistas  al frondoso parque de cuyos cambios y tonalidades tengo la suerte de disfrutar cada día. El retrato de Richard Beckford, un viajero inglés del siglo XVIII muy interesante, custodia el pilar y despide la habitación

Este rincón no es mío, pero me lo quedo. Un velador inglés espectacular llena ahora esta esquina entre sofás, haciéndolo más cálido y especial, si cabe, junto a lo que da sentido a todo el conjunto: la foto de Yeti. Cuántos ratos compartimos y qué guapo eras.


Qué recuerdos. Esta foto está sacada  de una antigua casa de mis padres. Un sillón o silla de brazos, comprada y restaurada a través de una Casa de Coleccionismo de arte muy conocida en la red, daba la bienvenida a toda la entrada. También de gusto inglés (debe de ser cosa de familia), con decoración floral (le da el toque rural chic que tanto nos gusta), acompaña al bote de flores , que decidimos usarlo de paragüero, regalo procedente del desaparecido Living in London de Príncipe de Vergara de Madrid. Un recuerdo de aquel sitio que acompañamos de una mesa escritorio, también caoba, siempre absolutamente "British", graciosa e interesante, que parece que se alínea con la reproducción de la lámina romana que aguanta la pared encima, enmarcada en esta, siempre tan recurrente, madera. Todo a juego con aquél maravilloso suelo que tuvimos el placer de disfrutar unos años.



2 comentarios:

  1. ¡¡Me ha encantado Roci!! es bonito leer la historia de cada estancia y de cada mueble, porque añade mucha personalidad a cada objeto. Un blog muy chulo, ya me pasaré de vez en cuando para ver qué vas poniendo... ;-D

    Besitos!
    Laura

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  2. ¡Muchas gracias, Lauri! Viniendo de ti, es todo un halago. Encantada de que te pases por aquí de vez en cuando.
    ¡Besitos!

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